lunes, 28 de noviembre de 2011

Lo mas preciado para mi, TERESA MORENO

Hace 72 años, un 26 de noviembre, en la Ciudad de Escuque, Edo. Trujillo, nació una niña, hija de María Josefa Moreno y de Guillermo Montilla, que llevaría por nombre TERESA DE JESUS... Esa niña, la mayor de 7 hijos, madre de 2 niñas y huésped en el corazón de quien la conoce, es mi MADRE.


Esta maravilla de mujer es no sólo la luz de mi vida y los ojos de mi ser, sino el mejor ejemplo que puedo tener... Para esta mujer no hay límites, no hay cerraduras, no hay imposibles, pero lo mas importante que caracteriza a Teresa Moreno es su gran capacidad de amar, ese sin lugar a duda es la mejor enseñanza que ha podido darme.


Ella es un ser que desprende timidez, calidez, alegría, amor y carisma; y justamente eso es lo que día a día ha intentado traspasar, y con muy buenos resultados, al momento de cocinar. Quienes han probado al menos un bocado de cualquier cosa hecha por ella sabe que no miento y mucho menos exagero. Ella, sin temor a equivocarme, tiene el don de transmitir emociones a través de la cocina.


Gracias a ella y a la crianza me ha dado,es que hoy puedo decir que en Mi ser albergan tantos olores, sabores, momentos, recuerdos, e intentar escoger mi preferido seria algo imposible. En este escrito sólo puedo decir que doy gracias a Dios por cada uno de ellos, y es por es ellos y sobretodo por ELLA, que soy quien soy.


Sin duda, TERESA MORENO a parte de ser emprendedora, amorosa y trabajadora sin descanso, es mi Libro de Enseñanza, en donde cada capítulo me lleva a decir que la cocina más que un arte, es un canal de expresión integral.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Maqueta Flamenca

Luego de un día de malestar general, dolor de cuerpo y mucha pesadez, nadie imaginaría o consideraría en asistir a un ensayo de flamenco... En mi caso, luego de pensarlo y no mucho, me enruté hacia mi flamenco amado... Al llegar al estudio y sentir el amor compartido por un arte tan maravilloso, toda dolencia, malestar o congestión paso a la nulidad... La buena vibra, el entusiasmo y la alegría fueron algunas de las cosas que estuvieron presentes durante las mas de 2 horas de un pequeño ensayo que tuvimos. No hubo cansancio, malas caras, desgano u objeción alguna al "otra vez", "desde el principio", "nuevamente"... 


Nuestro ensayo fue, si lo asociamos como siempre en mi caso a la cocina, como ir al supermercado y estar en medio de anaqueles full de ingredientes y productos, sin saber que esperar comprar... Poco a poco fue tomando forma, porque se escogió el plato principal, luego sus acompañantes y se completó con la compra de un excelente vino (vino que estuvo presente en nuestro ensayo de manera literal)... 


Aunque aún estamos en proceso de integración y no tenemos forma establecida, la disposición, las ganas y el entusiasmo hacen que este "plato" que apenas se está armando, prometa y de la mejor manera...


Definitivamente y para culminar este anticipo de lo que serán meses y meses de ensayo, puedo decir que, para quienes amamos un arte, cualquiera que sea, el sentirse parte de él, respirarlo, palparlo y saborearlo poco a poco y en cada uno de sus procesos, no tiene comparación...

miércoles, 26 de octubre de 2011

Comidas en CASA

El viajar a mi casa está lleno de emociones encontradas. Todo inicia con la emoción de pensar que estaré con mis seres queridos en muy poco tiempo, eso se convierte en el motor que mueve cada célula viva en mi cuerpo. El manejar de Caracas a Valera es sólo un instante, de 7 horas aproximadamente, que adoro ya que disfruto mi vía, el paisaje y hasta los huecos que cada día son más y peores. Al llegar a casa, el abrazo de mis 3 personas amadas hace que todo desaparezca, el sentir amor desinteresado y sincero, el sentirte parte de algo, el sólo hecho de ser, ya es algo más que ganancia.


Mis comidas en casa son algo que disfruto cada día más, el sentarme en familia y compartir un momento, conversar, reír, estar allí es algo que no tiene comparación. Mamá aprovecha mi visita para consentirme aún más y hacer todo aquello que me gusta, gracias a Dios, soy una comensal bastante fácil de complacer, sin embargo, cada comida es un manjar. Va desde un desayuno con Mojito Trujillano, pastelitos de papa y queso, cafecito con leche; pasando por almuerzos con Pasticho, Cremas y Sopas; y terminando con Cenas con arepitas rellenas.


En este ultimo viaje que hice hasta mi sobrino de 6 años, mi pedacito de gente, Jesús Ernesto, me hizo comida, me hizo un Sandwich de jamón y queso con su "Salsa Secreta" (diablitos con mayonesa), esto para mi fue una sorpresa inmensa.


Como todo lo bueno termina, no puedo negar que el retorno es algo que trato de alargar lo más que puedo. Mi corazón se arruga como una pasita al ir montando las cosas en el carro. El dejar de nuevo a mis 3 mosqueteros es algo que duele cada vez más. La nostalgia me invade, la tristeza de dejar ese olor de hogar, ese sabor de amor son algo que sólo quien ama a alguien que está lejos, realmente lo puede entender.


Mi casa y en especial la cocina, se han tornado en el centro de visión de vida, ya que en ellas siempre ha habido que cortar, que lavar, que arreglar, siempre hay un encargo por entregar, comida por hacer, torta por adornar, alguien que atender... Ese movimiento de energías es algo que hace de cualquier día algo diferente y sobretodo muy nutritivo... Gracias a eso es que puedo decir con conocimiento de causa que la cocina y la comida han hecho de mi alguien que sabe que detrás de un plato hay mucho más que ingredientes..

viernes, 14 de octubre de 2011

Memoria Gustativa

Yo soy una persona que relaciona sabores a experiencias vividas... Al probar estos "sabores" recuerdo situaciones, climas, fechas, personas, olores, en fin, me transporto en mi máquina del tiempo personal a situaciones particulares que marcaron en mí un buen gusto o un sinsabor.


Hoy me vienen a la mente 2 capítulos de mi niñez que quiero compartir con Uds.


El primer recuerdo que me viene a la mente es que estando pequeña, debía mi madre, Teresa Moreno, hacer una travesía en transporte público, desde El Paraíso a La Florida,  Martes y Jueves para llevarme a mis clases de Danzas, sin excepciones y sin faltas. En algunas ocasiones, al salir de clase y antes de tomar la jornada vial de retorno, mamá me compraba un "raspao de kolita". Esta maravillosa recompensa anticipada hacia de mi largo retorno algo sin importancia... Hoy, 25 años después, al comerme un raspao de kolita, evoco a una niña gordita con sus cabellos bien ajustados en un moño rosado de bailarina, medias pantys rosadas, sus mallas azul cielo y su enagua blanca, saboreándolo en la entrada de una casa muy grande con unos árboles de mangos del lado izquierdo de lo mas imponentes y con dos opciones de entrada para el salón de clases y en donde había un clima particularmente delicioso, ya que era la hora de despedir el día y darle la bienvenida a la noche... 


El otro sería el recordar a La Sra. Marruca, una vecina maravillosa que vivía a 3 casas nuestras en Valera; en su patio tenía un árbol gigante de pumarosa. Ella me llamaba cuando la mata daba frutos por ser su nuera, relación que dudo el día hoy ya que su hijo Ivan tenía alrededor de 20 años y yo apenas llegaba a los 4 años. Este árbol tenía en su tronco una maravillosa orquídea lila, esa imagen era mágica ya que el contraste que hacia el morado con el marrón, era más que perfecta. Lo que separaba el patio de la parte trasera de la casa era una media pared seguida de una mesa de madera rústica de al menos 20 comensales, al sentarse allí, podías sentir una brisa de frescura sin igual. Esta casa me transmitía amor, paz, tranquilidad, serenidad y luz. Al comerme, y después de tanto tiempo, una pumarosa recuerdo ese abrazo de la Sra. Marruca lleno de amor, recuerdo esa brisita, esa orquídea, esa paz.


Al compartir con Uds. estas dos experiencias y sensaciones pueden notar que la cocina y la comida para mí no es sólo prender un fogón o tomar un trozo de algo y masticarlo, para mí es algo que se pierde en el infinito y que transporta a lo incomprensible. Es sencillamente algo que sólo puede compararse con el Valor del Infinito.



jueves, 15 de septiembre de 2011

Domingos con "La Niña"


Por durante casi 2 décadas, mi pequeña familia, conformada por mi mamá, mi hermana y yo, teníamos una rutina dominical maravillosa, consistía en ir a casa de "La Niña", mi Abuela materna, Josefa Moreno, quien era un ser que por amor, sazón y corazón podía medir alrededor de 10 metros de altura y pesar unas cuantas toneladas, sin embargo, medía metro y medio y pesaba algo así como 45 kg. Este pequeñito querubin, dicen que tenia un carácter "trancao", más conmigo era aquella abuelita consentidora, cariñosa y amorosa que cualquiera quisiera tener.

Esta rutina era la mejor manera de terminar la semana, ya que llegábamos a un lugar en donde Mi Niña nos brindaba todo el amor que podía y creo que mucho mas. Llegar a su casa era estar en un carrusel de actividades culinarias, cada domingo era un festival de sabores. Ese metro y medio que les describo, tenia la facultad de cocinar "olladas" de dulces de durazno, lechosa, higo, cabello de ángel, toronja y besos, cocadas, paledonias, cocinar arepas andinas y de harina, hacer hallacas, en fin, era una hormiguita que  nunca se detenia, porque al salir de la cocina, iba al lavadero a lavar cuanta ropa consiguiera o iba a su tabla improvisada de planchar y planchaba cargamentos de ropa.

Alguno que otro domingo mi labor, por alguna manera decirlo, ya que era de forma voluntaria, era sentarme frente al guacal de durazno, higo, sacos de cocos o lo que fuese y pelar, picar o cortar lo que fuese necesario, para luego obtener la mejor de las recompensas o pagas que pueda pedir, por lo menos en mi caso, un plato de "espaguete" (como le decía ella) con mantequilla y queso, pollo frito y un vaso de kolita. Aunque suene insignificante, este plato me acompañó por mucho tiempo, sin faltas y sin excepciones, ya que hubiese lo que hubiese en la cocina, mi plato era especial y siempre estaba presente. Aquellos domingos en los que por cualquier razón, yo no podía ir, ella me mandaba mi comidita y mi kolita, para que pudiera disfrutar de su amor como todos los domingos.

Puedo decir que para mí el crecer en un mundo donde la cocina es el mejor instrumento para demostrar cariño, transmitir amor, hacerte sentir seguro, en casa y ser parte de algo, no tiene comparación. No hay platos sencillos, no hay comidas insignificantes, no hace falta etiqueta o cocina gourmet, ya que lo que hay, lo que se entrega, lo que nos sirven en la mesa es algo mas que comida, es AMOR, es FAMILIA, es TODO.

jueves, 1 de septiembre de 2011

"Niña Lonchera"

Haber sido bendecida y ser hija de Teresa Moreno, no ayuda mucho en la cocina o por lo menos en la que pretendo TRATAR de hacer.... Puedo decir, por ejemplo, que de pequeña en el colegio fui una “niña lonchera", no supe lo que era tener dinero e ir a la cantina porque tenía en casa una madre maravillosa, que no solo me brindaba amor, tranquilidad y paz, sino que también, se paraba todos los días y me preparaba un delicioso y magnífico desayuno; debo acotar que estos manjares matutinos en la misma semana NO PODIAN REPETIRSE, ya que sería ir en contra de cualquier regla que mi bella madre tiene en la cocina. Quien la conoce, a primer instante la ama y luego entiende que la cocina para ella es su mejor manera de expresar amor, calidez y ternura, es por ello que repetir un desayuno en una misma semana, sería decirte (en el idioma Teresa Moreno) “Que fastidio tener que cocinarte” o “Te doy esto para salir del paso”; escenarios o situaciones que en mis 30 años no he visto en ella. 

En su momento y no voy a negarlo, como niña al fin, me llegué a quejar e incluso tuve mi rabieta interna, ya que quería saber lo que era ser “niña cantina" y tener el poder de decisión y escoger lo que quería comer, Hoy, sin embargo, y así como todos los días, le doy gracias a Dios por haber sentido todas mis mañanas ese sabor de "me importas", el abrazo en cada bocado y el detalle de “aquí estoy no importa que estés fuera de casa”.


Quienes disfrutan de la cocina y la aprecian, saben que va más allá de un arte, ya que es un extraordinario medio de comunicación en donde se puede "sentir" a la persona que preparó una comida y en donde una sencilla arepita puede ser el mejor plato que hayas degustado.

jueves, 18 de agosto de 2011

En busca del Dulce "Sustituto"

Cuando tu Doctor te dice "Debido a tus migrañas debes evitar al máximo comer chocolates, cítricos y enlatados".... Tu mente se queda en el primer punto sin escuchar lo que sigue y sin saber que pasará contigo a partir de ahora, sonará fatídico, pero para los "chocoadictos", como yo, el mundo puede paralizarse con la falta de este delicioso manjar gustativo.

En estos momentos, me encuentro en la búsqueda de algo que pueda someramente sustituir el placer que me causa cada bocado. Algún dulce que al probarlo sientas que tocas el cielo, que caminas por sobre el agua, que vuelas por las nubes... Es decir, un dulce, que más que sabor, te de Libertad!

La búsqueda ha sido interesante, aunque no ha terminado...

Cuando digo, que ha sido interesante, es porque este "vacío", por de alguna manera llamarlo, me ha llevado a recordar y hasta experimentar sabores que creí haber perdido y hasta siento desconocer el día de hoy. Uno de ellos puede ser, la Torta de Cambur. Algo tan delicioso, sencillo y podría decirse que tan nuestro. Al momento de probar esta maravillosa obra, sentí frescura, sentí familia, sentí un sol radiante, sentí una tierra maravillosa, sentí que una simple torta de cambur puede transportarnos a sitios inimaginados.

Esto me demuestra que el "casarse" con un sabor tan maravilloso como el Chocolate puede a veces cerrarte las puertas, a otros sabores...

Los invito a que sigan disfrutando de mi amado chocolate, pero que se permitan descubrir de tanto en tanto nuevos sabores y sobretodo que esos sabores que encuentren causen en Uds. un despertar de emociones.