martes, 9 de julio de 2013

LA ROCA QUE GOLPEA LA OLA

En este recorrido de 32 años, que llevo de camino, he conocido todo tipo de personas y muchos comportamientos característicos en cada una de ellas.

Cada persona que ha llegado a mi vida, ha dejado una enseñanza, comentario, pensamiento, sentimiento y recuerdo. Cada una, adicional a mis estudios, crianza y otras percepciones, ha aportado su granito de arena para formar parte de lo que soy hoy como individuo.

La manera como nos define la gente, no siempre es la verdadera, ya que como seres humanos, tenemos el instinto de supervivencia, en donde nuestro reflejo animal sale para proteger nuestro ser y de esta manera, nos escudamos o protegemos, pudiendo ser a través de una imagen fortalecida (por lo menos en mi caso), humor sarcástico, desviar la conversación, exceso de risa, antipatía y muchas otras más.

En muchas oportunidades y por muchas personas, he sido vista como "La Roca que golpea la ola", "la fuerte", "la que puede con todo"...  Estos calificativos o conceptualizaciones, en muchas ocasiones me ha levantado el ánimo, ya que soy alguien que, en efecto soluciona, se preocupa por los demás, alguien que no tiene miedo a enfrentar cambios o sencillamente asumir. Sin embargo, eso es sólo una parte de lo que soy, siento y pienso, más no lo es todo.

El que alguien conocido me vea llorando, hacer un comentario cursi, hacer referencia a algo tierno, emocionarme como niña por algo sin sentido o sencillamente expresarme como lo hace cualquier mujer, puede ser motivo de burla, extrañez o desconcierto.

A todas aquellas personas que suelen calificarme o identificarme exclusivamente como "fuerte", sólo quiero expresarles que esa fortaleza es sólo una de las tantas cualidades que tengo, pero no es la única.  

Lo que quiero expresar a través de estas líneas es que, no siempre debemos encasillar a alguien de alguna manera en particular, ya que dentro de la naturaleza somos los seres más complejos, integrales y variantes que existen. Somos los seres que todos los días aprendemos, crecemos y desarrollamos. Somos incluso aquel animal que puede tropezar con la misma piedra mil veces y no terminar de aprender el porqué de ello.

Todos tenemos momentos, situaciones, lugares y sentimientos que no pueden ser expresados de forma adecuada en  ciertos eventos o ante algunas personas, así que antes de identificar o calificar a una persona de tal manera o aquella, vamos a darle  la oportunidad de ir más allá y no encasillarlo de ninguna forma.