viernes, 26 de julio de 2013

NO SON SOLO 8 HORAS DIARIAS

Los seres humanos somos máquinas integrales, y por lo tanto, somos complicados en muchos niveles. Específicamente, a nivel laboral, solemos manifestar muchas "complicaciones". El relacionarnos, adaptarnos, comunicarnos, cumplir normas, responsabilidades y todo lo que conlleva estar dentro de una empresa es sólo el prólogo de un libro, que hasta el día de hoy, no se ha terminado de escribir.

Aunado a todo este proceso individual, debemos sumar que, cada empresa tiene su filosofía, visión, cada persona sus intereses, su carácter, su forma de aprender, relacionarse y trabajar, cada departamento su meta, su propósito y razón de ser. Entonces pregunto, cómo encontrar un punto de equilibrio, un "ganar/ganar", cuando todos van por senderos distintos?

Esta pregunta aún no tiene respuesta para mí, sin embargo, en esta primera década de mi vida laboral, me he ocupado en buscar, conocer, aprender e ir un poco más allá del simple "beneficio personal". No cuestiono aquellos que lo hacen o que surgen tras la caída de un compañero, sólo creo que no es la manera de ganarse las cosas... No critico aquellos que hablan de otros para perjudicar, sólo creo que las palabras tienen mejor utilidad o beneficio... No opino sobre aquellos que creen que la ayuda te la ofrece quien te cree inferior o incapaz, sólo creo que la ayuda en la mayoría de los casos puede sacar adelante mucho más que un trabajo.

Estos son sólo algunos de los muchos ejemplos que podemos ver al momento de trabajar junto a otros, y en donde muchas veces "trabajo en equipo" es sólo "beneficio personal".

Trabajar en equipo es complicado, de eso no tengo duda alguna, sin embargo, luego de limar asperezas, conversar, ceder, diferir en muchas cosas, opinar, crear y respirar con tranquilidad, las cosas comienzan a fluir solas, ya que esa "complicación" se convirtió en un mecanismo unísono, se convirtió en una pieza que sólo funciona si todos hacen lo que deben hacer. Y en donde cualquier retraso, perjudica el resultado, pero no el individual, sino el grupal.

Debemos recordar que somos parte de un engranaje (quienes trabajamos para un alguien o con un alguien) y que en todo momento nos relacionamos y que el resultado de esa relación será ganancia o perdida dependiendo de nuestro comportamiento y capacidad de respuesta.

El laborar o hacer algo con nuestro tiempo y que esto traiga consigo una recompensa monetaria, va más allá de unas simple 8 horas diarias. Es una relación constante con compañeros, vendedores, compradores, jefes y un sin fin de personas las cuales nos van llenando de conocimientos, enseñanzas, anécdotas y recuerdos. Es aprender a crecer, a tomar lo bueno y dejar a un lado las críticas, entender que cuando se trabaja en equipo se gana de muchas más formas. Debemos pensar en que trabajando en un ambiente agradable, la jornada se hace mucho más amena. Debemos aceptar que si disfrutamos lo que hacemos, estaremos mejor a otros niveles en nuestras vidas.

Así que por esto y muchas otras cosas positivas más, 1) Debemos dejar de ver nuestra jornada como sólo 8 horas y ya; 2) Entendamos que el trabajo en equipo siempre será mejor opción y; 3) Las personas a tu alrededor te enseñan y responden a como son tratadas, por ello, no olvides la educación, la amabilidad y el respeto.

lunes, 22 de julio de 2013

ANTES QUE EL RELOJ SUENE

La vida de las tablas es algo realmente satisfactoria, sin embargo, trae consigo ese stress, esa emoción, esos nervios y ese miedo que hace que entres en un carrusel de emociones constantes.

“Antes que el Reloj suene” es un espectáculo realmente interesante que fue montado hace ya varios años en el Estudio de Flamenco de Adriana Dobarro, al cual pertenezco, pero por varias situaciones, no había podido bailar o participar en el pasado. Justo en mi regreso a Caracas, todo se engranó para que pudiera no sólo presentarme, sino que hizo que sintiera realmente la música, la historia, los personajes y la transición que se vive desde su inicio a su fin. No sólo fue ser parte de un baile; para mí, fue haber sido parte de una historia. Así que, aportó consigo una mezcla bien interesante de vivencias, aquello que tenemos como mujer en la vida e incluso miedos internos que no sabemos cómo vencer.

El presentarme en este momento y no antes, no es nada casual, es netamente causal, ya que antes no podía entender muchas cosas que allí se manejan a nivel emocional.  

Tuve la maravillosa oportunidad  de participar en sólo 3 bailes en el show, pero detrás de telones, estuve en el montajes de otros 2. Cada uno de ellos trajo esa lucha entre miedo, nervios y alegría, en ese orden en específico.

Particularmente uno de ellos, uno de los que no presenté, fue el que realmente movió (y aún sigue moviendo). La historia que intenta contar o que por lo menos así la siento, es esa lucha por vencer el miedo, ese miedo que intenta desesperadamente alejarte y sobretodo cegarte, el cual debes vencer para no sólo salir adelante, sino para poder disfrutar el vivir y el respirar. Ese es, uno de los bailes más difíciles a nivel emocional que hasta los momentos he tenido que aprender.


Adicional al aprenderme un baile, está el volver a montarme en las tablas. Entendí que si asumes la responsabilidad de ser parte de un espectáculo, cualquiera que sea, debes poder olvidar todo arriba y disfrutar lo que estás haciendo.

Doy una y mil veces las GRACIAS a Dobarro, no sólo por abrirme las puertas de su Estudio una vez más, sino por permitirme ser parte de esta maravillosa historia.

A todas las muchachas del Estudio que estuvieron conmigo compartiendo ese estrés, miedo, nervios y alegría, GRACIAS por hacerme sentir parte, es como si siempre hubiese estado allí.

Para finalizar, sólo quiero decirles que a veces debemos respirar las cosas y disfrutarlas. A veces las piezas del juego no están para que participes, pero cuando se confabulan para que juegues es porque allí obtendrás no sólo enseñanza, sino éxito.