Para una persona como yo, planificar un viaje para el exterior no es algo común. Es por ello que este viaje viene acompañado de tanta carga emocional.
El comienzo de esta travesía, fue algo molesta, incómoda y si puedo decirlo, decepcionante… Alguna de las personas que han tenido la oportunidad de viajar solos, tal vez, podrían entenderme. Al llegar al Aeropuerto de Maiquetía con una emoción y nerviosismo a niveles inimaginados, me dirigí a hacer el Check-In en la línea que viajaba. Al llegar a la cola y mientras esperaba, no podía parar de escribirme con casi todos mis contactos, la emoción de irme era de conocimiento público. Al cabo de unos minutos se me acerca un chico con un Carnet del CICPC Antidrogas y me pide documentación, información de viaje y demás, luego de 5 minutos de interrogatorio en la cola y de ya no tener más que preguntar me permitió continuar.
Al llegar a donde estaba el punto de la GN que está antes del Check-IN, el Guardia comenzó a hacerme otra ronda de preguntas, al menos 3 o 4 minutos… Luego de cansarse de preguntar lo mismo y no obtener una incongruencia en las respuestas, me mandó a que me revisaran el equipaje. Esta última operación duró alrededor de 5 minutos, junto a un nuevo interrogatorio y una vergüenza extrema.
Al terminar, mi interrogatorio parte I, II y III y luego la revisión de la maleta, mi estado de ánimo fue aminorando ya que de una manera u otra, cumpliendo su deber o no, me hicieron sentir que viajar sola es UN CRIMEN.
No sé si es que sea su trabajo, no sé si es que estemos predispuestos con trabajadores gubernamentales o no sé qué es lo que pueda ser, pero de verdad que lamentándolo mucho cuando logras salir de Venezuela, tu cuerpo, tu ánimo, TODO tu ser dice “GRACIAS A DIOS!”.
Viajar es sin lugar a dudas una experiencia que no tiene comparación y la emoción de salir, conocer y ver es algo inexplicable. Toda incomodidad, malestar y enojo fueron olvidados al pasar inmigración. El saber que estaría fuera casi 1 mes y que estaría por comenzar mi “España Aventura en 3 escalas”, era lo único importante.
Ese sin sabor que intentó robarme la emoción, quitarme la alegría y despojarme de este logro no duró mucho. Para mí ese momento fue sólo una experiencia y una enseñanza mas. Cuando se es alguien Feliz por naturaleza hace falta más que 3 interrogatorios para robarte la esencia, además siempre se tiene a la mano a Angelitos (amigos) que te tiran un cable a tierra y te centran nuevamente. Doy GRACIAS a ellos por estar en mi vida y por nunca dejar que caiga.
