Desde
pequeños existen sabores que se repiten en
nuestro menú todos los días. Los mismos pasan desapercibidos y hasta nos
quejamos de “siempre comer lo mismo”. Intentaré enumerar alguno de aquellos que
están presentes y que muchos de nosotros
no sabemos apreciar o tal vez no le damos el valor que realmente tienen.
Quienes
me conocen saben que he viajado pocas veces fuera del país y que en esas pocas
he amado los sitios donde he estado, sin embargo, nunca he podido encontrar
nada parecido a nuestra maravillosa comida venezolana. He probado alguno de sus
platos y he intentado amar de la misma manera su gastronomía, pero a mi manera
de ver y en mi humilde opinión, nada se compara con nuestros fogones, olores y
sabores. Mi escrito de hoy, está dedicado a nuestros sabores, a nuestras
costumbres gastronómicas y a nuestros vicios gustativos.
Nuestro
país es un universo de sabores y que mejor manera de comenzar a hablar de ella
que hablando de “La AREPA”. La arepa puede
ser comerse en desayunos, almuerzos y cenas y hasta al salir de las fiestas. Las mismas tienen nombres propios, por ejemplo, “La Sifrina” (reina pepiada con queso amarillo), “La Catira”
(Pollo con Queso Amarillo), “La Viuda” (Arepa Sola), etc, etc, etc. De la masa
de maíz con la que elaboramos la AREPA, podemos encontrar también Bollitos de
Masa y Empanadas, los cuales podemos rellenarlos y acompañarlos con lo que nos
haga feliz. Aquí el universo de posibilidades es sencillamente INFINITO.
Así
como nuestras AREPAS, también podemos hablar de algo que desde antes de saber
quiénes somos o cómo nos llamamos, ya sabemos que es y que amamos comer. El
mismo es “El TEQUEÑO”. El Tequeño está presente en cualquier reunión de nuestro
país, en nuestro menú de opciones al momento de ir al cine y hasta en las
ferias de los centros comerciales. El TEQUEÑO siempre es el REY de la fiesta y
nos enorgullecemos de decir que “Fiesta sin tequeño no es fiesta”. En la
actualidad la variedad de opciones es amplia, sin embargo, el tradicional
Tequeño de Queso Blanco sigue siendo el preferido de todos.
Algo
también presente en nuestra cocina venezolana
y en donde su olor la engalana, es “La HALLACA”. Ese olor nos recuerda
que llegó Navidad, nos produce una alegría y nos lleva a reencuentros
familiares, cenas, festividades. Ese maravilloso sabor, herencia de nuestros
antepasados, no lo podemos encontrar en ningún otro lado.
No
sólo encontramos sabor venezolano en nuestra cocina, sino en todos lados. En la
calle, en los Kioskos, Cantinas, Cajas de Supermercados y Farmacias, allí podemos
encontrar cualquier “cosita” que nos quite un antojo a cualquier hora del día.
Un delicioso chocolate con leche elaborado con CACAO VENEZOLANO, Pepitos,
Platanitos (Dulces o Salados), Cocosette, Susy, Cheese Trees, Torontos. Nuestras
chucherías no pasan de moda, no tienen edades y sobretodo van más allá del
tiempo.
Para
aquellos que esperan la temporada de “Mango”, la elección de como comerlos va
desde que está verde hasta que está maduro. Un mango verde con adobo, puede llevar al cielo
a más de uno y el comer mango maduro hasta que sentir que la barriga explota
también puede ser un pecado que muchos cometen. Lo mismo puede pasar con la
temporada de mamones, sentarse con una bolsa de mamones hasta acabarla no tiene
comparación alguna.
En
aquellos días cuando el clima es inclemente y el cielo nos regala un día
soleado y caluroso, nada más refrescante que tomarse un buen vaso de Papelón
con Limón. Sólo en el primer sorbo, ya sentimos que el alma vuelve lentamente
al cuerpo y nos hace sentir vivos de nuevo. Una agüita de coco bien fría
también nos regresa a la tierra de los vivos.
Podría
seguir nombrando platos, opciones y maravillas que encontramos en la cocina
venezolana, sin embargo, lo importante no es nombrarlas sino valorar lo que tenemos
y sobretodo darle el puesto que merece a nuestros fogones, olores y sabores.
Sólo apreciando lo que tenemos es que realmente podemos decir cuan venezolanos
somos. No es venezolano aquel que nace en Venezuela, es venezolano aquel que no
importa donde esté la respeta, aprecia y ama.