Yo me he topado con situaciones adversas las cuales he
superado de la mano de Dios, con mucha Fe. Las mismas han dejado en mi mucha
enseñanza y sobretodo la lección de entender que la Esperanza es lo último que
debemos perder. Al igual que en la Caja de Pandona, pero en este caso no Zeus,
sino Dios, nos da el don ambiguo, mezcla de bien y mal. Nosotros escogemos cual
queremos.
Estando en situaciones emocionalmente extremas y
sintiendo que el aire falta en los pulmones,
que todo lo que se toca quema, que gritando y maltratando podría
sentirme mejor y que la única opción que
queda es correr y no volver jamás, en esos momentos de desesperación, he tenido
la bendición de ver un poco más allá y saber que Dios sólo le pone adversidades
a aquellos que pueden superarlas y que al vencerlas la recompensa será
incalculable (y no hablo de dinero).
No debemos dejar pasar por alto aquellos momentos que de
verdad valen la pena, como estar con tus seres queridos, disfrutar del día por
más difícil que sea o entender que la risa que se produce en momentos adversos
es la más sincera, la cual por lo general es causada por el detonante más tonto.
En estos momentos siento una tristeza enorme (sobretodo
porque aunque quiero, no puedo entenderlos) por la gran cantidad de personas
que prefieren estar cubiertos por una manta llena de odio, de vacío, de
zozobra, de faltas generales. Es ver como la marginalidad trata de cubrirnos
como una neblina espesa, en donde a veces parece que las únicas opciones son
unirte o salir huyendo.
Lamentablemente no puedo compartir ninguna de las
opciones, porque no creo que huir y dejar que todo se hunda y se termine de
morir sea una opción sensata. Sí esta fuese la opción, no tendríamos curas de
enfermedades que hace siglos devastaron ciudades, no se hubiese derrumbado el
Muro de Berlín, no se conociera la Electricidad, no tendríamos aviones,
Internet, trasplantes de órganos, en fin, sí huir fuese la respuesta, y esta
hubiese sido la opción de muchos, no conociéramos el mundo como lo conocemos el
día de hoy.
La otra opción, la de unirme, tampoco la veo la viable,
ya que en mi caso muy personal, no puedo seguir a alguien que transmite odio y
en donde su manera de expresarse sea sólo bajo
insultos y las promesas vacías. Lamentablemente, yo tengo memoria, y soy
alguien de palabra. Para mí, las promesas tienen valor y sobretodo hacen
nivelar la balanza en todo lo que hago. El no seguir a alguien que quiere
dominar mis pensamientos, que quiere imponer muerte y que desafíe a Dios ante todo,
me hace sentir más que orgullosa, porque el dinero es efímero y la vida es sólo
una. Soy una firme creyente, que el día
de mañana debemos rendir cuentas a alguien superior y cuando llegue ese día,
iré con mi conciencia limpia y mis manos libres de sangre y llanto.
En la adversidad, y quienes hemos pasado por tiempos
difíciles lo podemos entender, se crea un camino alterno, un camino nuevo, una
ruta por explorar… Se crea LA ESPERANZA!
Para mí, este nuevo camino inicialmente debe ir, ante
todo, de la mano de Dios y con mucha FE, seguido de firmes creencias y sin duda
ir siempre con el pensamiento real de NO SER IGUAL QUE LOS DEMÁS
(específicamente de aquellos que tanto criticas)… No conformarse con migajas,
no ver en el dinero la solución, no ver un avión como respuesta… Mi idea de
ahora en adelante es demostrar que la Educación no es un insulto, que el
respetar al otro no es ser menos, que andar por la calle del medio no quiere
decir que soy conformista y sobretodo que los insultos no nacieron para estar
en mi boca, porque tengo palabras, no insultos, para comunicarme y porque,
desde lo más profundo de mi ser, no quiero ser igual que aquellos a los que
tanto quiero alejar de mi lado.
Debemos dar un vistazo a todas aquellas cosas que nos
asombran y nos daremos cuenta que ninguna de ellas se hizo de la noche a la
mañana, debemos aprender que en el primer intento no está el Éxito, el Éxito se consigue es con perseverancia, compromiso y mucho trabajo personal. Nuestro
país está lleno de ejemplos, sólo unos pocos dentro de los que me han servido a
mi podría nombrar a, Andrés Bello, Andrés Galarraga, Teresa de la Parra, Maickel Melamed, José
Gregorio Hernández, Carlos Coste, José Antonio Abreu, Rómulo Gallegos, Ángel
Sánchez, Yolanda Moreno, y el más
importarte de todos, TERESA MORENO, mi madre, quien me ha enseñado que los
caminos no están hechos, deben hacerse y que el único enemigo para trazarlo eres
tú mismo.
Es nuestra decisión sí tomamos un avión, nos unimos o
intentamos trazar un nuevo camino…