jueves, 1 de septiembre de 2011

"Niña Lonchera"

Haber sido bendecida y ser hija de Teresa Moreno, no ayuda mucho en la cocina o por lo menos en la que pretendo TRATAR de hacer.... Puedo decir, por ejemplo, que de pequeña en el colegio fui una “niña lonchera", no supe lo que era tener dinero e ir a la cantina porque tenía en casa una madre maravillosa, que no solo me brindaba amor, tranquilidad y paz, sino que también, se paraba todos los días y me preparaba un delicioso y magnífico desayuno; debo acotar que estos manjares matutinos en la misma semana NO PODIAN REPETIRSE, ya que sería ir en contra de cualquier regla que mi bella madre tiene en la cocina. Quien la conoce, a primer instante la ama y luego entiende que la cocina para ella es su mejor manera de expresar amor, calidez y ternura, es por ello que repetir un desayuno en una misma semana, sería decirte (en el idioma Teresa Moreno) “Que fastidio tener que cocinarte” o “Te doy esto para salir del paso”; escenarios o situaciones que en mis 30 años no he visto en ella. 

En su momento y no voy a negarlo, como niña al fin, me llegué a quejar e incluso tuve mi rabieta interna, ya que quería saber lo que era ser “niña cantina" y tener el poder de decisión y escoger lo que quería comer, Hoy, sin embargo, y así como todos los días, le doy gracias a Dios por haber sentido todas mis mañanas ese sabor de "me importas", el abrazo en cada bocado y el detalle de “aquí estoy no importa que estés fuera de casa”.


Quienes disfrutan de la cocina y la aprecian, saben que va más allá de un arte, ya que es un extraordinario medio de comunicación en donde se puede "sentir" a la persona que preparó una comida y en donde una sencilla arepita puede ser el mejor plato que hayas degustado.