Ayer estaba revisando el FB y leí un
comentario de una amiga muy querida. Su
comentario fue desgarrador en muchos aspectos y me dejó pensando en muchas
cosas.
Dentro de un texto muy abierto y sincero, nos abrió su corazón y nos dice que teniendo casi 40 no puede quedar embarazada, y que haciendo una retrospectiva en su adolescencia, recuerda a su madre diciendo "yo no quiero barrigas en casa" y sólo hablar del tema era causa de vergüenza y tabú... Su miedo y su manera de pensar y expresarse me llenaron
de tantos sentimientos encontrados que tenía que escribir sobre esto.
Me senté a pensar en aquellas que aún no
somos madres, aquellas que aún no somos esposas y en aquellas que han perdido
sus bebés en el ciclo de embarazo… Son tres cosas totalmente diferentes, pero
cada una tiene su importancia y su manera de sobrellevarla.
La Sociedad nos ha enseñado, en el día a día,
en las reuniones familiares y en los comerciales, que sí eres mujer dentro de la edad de 25 a 28 años, deberías
conseguir marido fácilmente. Así mismo nos señala que una mujer casada debe
tener hijos antes de los 35, tenerlo luego sería UN CRIMEN. Y que perder un hijo en plena gestación puede ser algo que te
identificará por el resto de la vida, como si tuvieras la Letra Escarlata.
Creo, que en las tres situaciones encontramos
Miedo, Ansiedad, Nervios, Desolación y hasta falta de Fe en casos extremos…
MIEDO: A
no conseguir un esposo cuando tienes una “cierta edad”. A no quedar embarazado luego de “tantos años de
casados” o cuando ya tienes “cierta edad” (así estés soltera). O miedo a no saber poder sobrellevar
la tristeza de la pérdida…
ANSIEDAD: Porque
quieres estar casada, porque quieres ser padre o porque no sabes si podrás volver
a concebir sin perder al bebe en el próximo intento…
DESOLACIÓN:
Porque
todos a tu alrededor se casan, porque todos quedan embarazados y porque no
sabes cómo sobrellevar esa pérdida tan dolorosa…
FALTA
DE FE: Porque sientes que Dios escucha a TODOS menos a ti,
porque sí eres alguien que no siente rencores, no tienes malos sentimientos y
vives sin hacer daño, POR QUÉ no puedes conseguir ese compañero de vida, POR
QUÉ no puedes conseguir ser padre y POR QUÉ no pudiste completar un embarazo
como todo el mundo lo hace…
Te sientas y preguntas y te encuentras en un
laberinto sin salida…
La sociedad, tu familia, tus amigos,
conocidos y extraños, no tienen NI IDEA de lo difícil, crueles y duros que
pueden ser sus comentarios cuando SIEMPRE sale a relucir el tema “cuándo te
casas”, “cuándo tendrás hijos” o “sólo debes esperar 6 meses para volver a
intentarlo”.
Algunos familiares, a modo de chiste siempre dice “33 y sin chamos? Teresa necesita otro nieto”, “eres la única hija sin aún casarte o pensar hacerlo
pronto” o la mejor de todas (y por supuesto la más hiriente) “en el 2015 sí no
consigues pareja, puedes optar por la inseminación”…
No ha sido fácil llegar a los 30’s. Hoy, cuento con 33 y aún no estoy casada y no tengo hijos, sin embargo, lo más
difícil ha sido SOBRELLEVAR LOS COMENTARIOS…
En mi caso, luego de preguntar y enojarme,
preguntar y llorar, preguntar y no saber el “por qué”, dejé las cosas en manos
de alguien más grande que yo…
Cada quien busca y cada quien encuentra lo que le
parece y lo hace sentir más seguro, en mi caso, encontré Psicólogos, Talleres
de Crecimiento Personal, Lecturas, Películas y sobretodo llené mi círculo de
personas que REALMENTE me aprecian y me llenan, más que quitarme.
No puedo decirles qué le ayudaría a los
demás o qué hacer cuando la naturaleza se opone, como en los otros 2 escenarios,
sin embargo, sólo puedo decirles que existe UN DIOS muy maravilloso y que NUNCA
NOS ABANDONA.
Dejemos a un lado la pregunta “Y CUANDO ME
TOCARA A MI?”, ya que la desesperación, ansiedad y pensadera extrema puede ser
nuestro peor enemigo en momentos como estos.
Hoy contamos con vida y eso ya es un MILAGRO... Siempre recordemos eso